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Revista Cubana de Medicina Tropical
Characterization of Neisseria meningitidis strains isolated from carriers in Cuba during 20 years
Sierra González, Gustavo1  Martínez Motas, Isabel2  Climent Ruíz, Yanet1  Izquierdo Pérez, Luis1  Núñez Gutiérrez, Niury1  Mirabal Sosa, Mayelin1 
[1] Instituto Finlay. Centro de Investigación-Producción de Vacunas., Ciudad de La Habana, Cuba
关键词: : Neisseria meningitidis;    asymptomatic carriers;    epidemiological markers;    phenotypes;    antimeningococcal vaccine;   
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学科分类:传染病学
来源: SciELO
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【 摘 要 】

Se investigaron los marcadores epidemiológicos de cepas de Neisseria meningitidis aisladas de portadores en Cuba durante 20 años (1982-2002). Se identificaron los serogrupos, serotipos, subtipos e inmunotipos de 331 cepas correspondientes a 2 etapas diferentes: epidémica (1982-1992) y posepidémica (1993-2002). En la epidémica predominó el serogrupo B (67,62 %) y las cepas no agrupables (32,28 %). En la posepidémica prevalecieron las cepas no agrupables (79,65 %) y el serogrupo B (17,26 %) (p< 0,05). El presente estudio es el primero y único hasta el momento, en investigar cepas de Neisseria meningitidis aisladas de portadores antes y después de una campaña nacional masiva de inmunización con VA-MENGOC-BCÃ’ (vacuna antimeningocócica cubana contra los serogrupos B y C). Los resultados obtenidos aportan datos valiosos al estudio, prevención y control exitoso de la enfermedad meningocócica en Cuba, así como al desarrollo y la evaluación de esta vacuna.Palabras clave: Neisseria meningitidis, enfermedad meningocócica, portadores asintomáticos, marcadores epidemiológicos, fenotipos, vacuna antimeningocócica   Neisseria meningitidis, patógeno exclusivo del hombre y agente etiológico de la enfermedad meningocócica (EM), es un comensal común de la nasofaringe humana. Su permanencia a ese nivel ocasiona el estado de portador asintomático, condición que suele estar presente entre 5 y 40 % de los individuos sanos.1 La interacción de N. meningitidis con su hospedero es notable y varía desde una colonización asintomática de la nasofaringe (condición que afecta virtualmente a todas las poblaciones), hasta las infecciones frecuentemente fatales.2 A pesar de los avances alcanzados en el diagnóstico y tratamiento de la EM, su morbilidad y mortalidad son elevadas y un número significativo de sobrevivientes sufren secuelas invalidantes.1,2 La EM se presenta de forma endémica, hiperendémica, como brotes localizados, epidemias o pandemias, o ambas. Su severidad y tendencia por afectar principalmente a los niños y adultos jóvenes, concentra las investigaciones en aspectos concernientes a los procesos invasivos. Por consiguiente, los estudios referentes a la colonización e identificación de cepas de portadores, son comparativamente menos frecuentes y conllevan a una menor representación de estos aislamientos en aquellos centros que almacenan colecciones de cultivo de N. meningitidis, situación que deviene en un obstáculo, cuando se requiere de una mejor comprensión e interpretación de la epidemiología de este microorganismo.3Desde la década de los sesenta existen vacunas disponibles de polisacáridos capsulares (PC) contra los serogrupos A, C, Y, W-135, y recientemente, las técnicas de conjugación empleadas en Haemophilus influenzae y Streptococcus pneumoniae, se aplican en la obtención de vacunas contra N. meningitidis.4 Sin embargo, la pobre inmunogenicidad del PC del serogrupo B y su reactividad cruzada con las glicoproteínas presentes en el tejido neural humano, condujo a la obtención de inmunógenos a partir de proteínas de la membrana externa (PME) (Frasch CE. Meningococcal vaccines: past, present and future. Meningococcal disease. ed. Keit Cartwright 1995, John Wiley & Sons Ltd. p. 245-83).4,5 En estos momentos, la disponibilidad de vacunas contra 5 de los 13 serogrupos descritos hasta la fecha, hace de la identificación de los antígenos superficiales de N. meningitidis una herramienta valiosa en el monitoreo de la EM (Frasch CE. Meningococcal vaccines: past, present and future. Meningococcal disease. ed. Keit Cartwright 1995, John Wiley & Sons Ltd. p. 245-83).4,5 La caracterización serológica incluye: serogrupos, serotipos, subtipos e inmunotipos y se basa en esquemas elaborados a partir de las diferencias estructurales y antigénicas de los componentes superficiales de N. meningitidis.6,7 Cada estructura permite definir un marcador epidemiológico diferente y así el PC determina al serogrupo; las PME de clase 2/3 (PorB) y clase 1 (PorA), los serotipos y subtipos, respectivamente; mientras que, las diferencias en sus lipooligosacáridos (LOS), clasifican los inmunotipos.7 Este esquema, útil para la identificación de fenotipos virulentos, mejora los estudios de prevalencia de N. meningitidis en poblaciones con alta incidencia de EM y es el más extendido y completo sistema de clasificación basado en estructuras moleculares que tienen interés en la respuesta inmune. A pesar de disponer de estos métodos, algunas cepas quedan sin clasificar, particularmente las de portadores. La clasificación serológica puede fallar por la alta diversidad de PorA y PoR, las limitaciones en el panel de AcM disponibles y la fuerte selección, supuestamente impuesta por la respuesta inmune del huésped y la posibilidad de intercambio de ADN por transformación en esta bacteria.6,7 El advenimiento de las técnicas moleculares incrementa la información que brinda la caracterización fenotípica, sobre todo, cuando se requiere verificar la identidad genética de cepas aisladas en brotes y epidemias.8Hasta 1976, la EM en Cuba mostró un comportamiento endémico; a partir de esa fecha, ascendió a expensas de casos producidos por los serogrupos C (50,9 %) y B (34,3 %). En 1979, la situación epidémica existente (incidencia de 5,6/100 000 habitantes), motivó la inmunización con A-C en toda la población menor de 20 años. Posteriormente, N. meningitidis B se elevó vertiginosamente, mostró su máxima incidencia en 1983 (14,3/100 000 habitantes) y se convirtió en el principal problema de salud de la década de los ochenta.5,9 Por no existir en ese momento una vacuna contra el serogrupo B, comenzaron las investigaciones que permitieron posteriormente obtener la vacuna VA-MENGOC-BCÃ’, constituida por un complejo de vesículas purificadas de la membrana externa de N. meningitidis B y PC purificado del serogrupo C, adsorbido en gel de hidróxido de aluminio.5 La vacuna se aplicó en forma de campaña (1987-1990), en individuos de 3 meses-24 años y se incorporó en 1991 al Programa Nacional de Inmunización (PNI). VA-MENGOC-BCÃ’ mostró una eficacia entre 83 y 98 % y logró controlar la epidemia.5,9,10 En 2004, la incidencia de EM fue de 0,3/100 000 habitantes.11 Por disponer de una colección de cepas de N. meningitidis aisladas de portadores en etapas con una conducta epidemiológica diferente, comparar los cambios fenotípicos ocurridos en cepas obtenidas entre 1982-2002, aportó una valiosa información sobre la dinámica de la EM en Cuba y al mismo tiempo, se pudo comprobar el impacto de la inmunización con VA-MENGOC-BCÃ’, entre las cepas investigadas.

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